

La Catedral Metropolitana de San Sebastián, también conocida como la Catedral de Río de Janeiro, es uno de los templos religiosos más singulares de Brasil por su diseño moderno e imponente. Inaugurada en 1979, su arquitectura rompe con los moldes tradicionales, inspirándose en las pirámides mayas, con una forma cónica que alcanza los 75 metros de altura y un diámetro interno de 96 metros. La estructura de hormigón es austera por fuera, pero impacta en su interior con vitrales de colores que se elevan desde el suelo hasta el techo, formando una cruz cuando se observa desde abajo.
La catedral puede albergar hasta 20 000 personas y es la sede de la arquidiócesis de Río de Janeiro. Su interior es sobrio y monumental, con una atmósfera solemne realzada por la luz que filtran los vitrales, creando un ambiente espiritual muy particular. Este edificio se ha convertido en un símbolo contemporáneo de la ciudad, representando la renovación de la fe católica en un contexto urbano moderno y multicultural.
Qué hacer: visitar su interior para admirar los vitrales monumentales; asistir a una misa o concierto religioso; contemplar su arquitectura desde el exterior y sus alrededores; explorar las esculturas y arte sacro presentes en el templo; tomar fotografías desde distintos ángulos para captar su forma única.
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